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partir de una referencia real y tangible de los elementos y situaciones que rodean a un
niño o una niña durante su crecimiento.
El que la jugadora haga su propia casa con un techo y cuatro paredes, significa que tiene
un referente visual de cómo y en que consiste el espacio de la casa.
La imaginación y el desarrollo de una actividad basada en un recurso tan simple, como
también lo puede ser una caja de cartón para un niño y hacer de ésta una nave espacial o
un avión, implica habitar y modificar un espacio.
¿Es posible afirmar que el espacio es lo que el sujeto haga de él? Julio Cortázar escribe en
Las Historias en famas y cronopios:
Una esperanza se hizo una casa y le puso una baldosa que decía:
"Bienvenidos los que llegan a este hogar". Un fama se hizo una casa y
no le puso mayormente baldosas. Un cronopio se hizo una casa y
siguiendo la costumbre puso en el porche diversas baldosas que
compró o hizo fabricar. Las baldosas estaban colocadas de manera
que se las pudiera leer en orden. La primera decía: Bienvenidos los
que llegan a este hogar. La segunda decía: La casa es chica, pero el
corazón es grande. La tercera decía: La presencia del huésped es
suave como el césped. La cuarta decía: Somos pobres de verdad, pero
no de voluntad. La quinta decía: Este cartel anula todos los
anteriores. Rajá, perro. (“Haga como si estuviera en casa”, 2007)
Las baldosas de cada casa tenían la posibilidad de describir el sujeto que la habitaba;
tanto una ‘esperanza’, como un ‘fama’ y un ‘cronopio’, mediante la utilización de su
propio espacio -el porche de su casa-, expresaban un punto de vista que bien es propio del
sujeto y hace parte de una identidad, que (en este caso) se expone a partir de dichas
baldosas.
El hombre se apropia de un espacio y tiene la posibilidad de usarlo como un medio de
comunicación, pues el estado de este y la manera en cómo es ocupado, expone
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